El
tiempo cabalga veloz por el mundo,
la luna
derrama sollozo profundo.
Con
fuerza patea la intrépida vida,
le duele
y le sangra lacerante herida.
Su
corazón bélico de alma roída,
recibe
del viento su voraz mordida.
Los
viejos olivos suspiran olvidos,
su
sombra en silencio, no acuna latidos.
Las
horas ya cargan al intruso inmundo
que se
desvanece por la fe perdida;
rotan en
silencio, callan sus quejidos.
Magali
Aguilar Solorza
Sábado/Marzo 13/2021 3:23:21 pm
Manejandola prosopopeya
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